El calzado en la España de la Edad Media

En la Edad Media el calzado más popular en la Península Ibérica eran la abarca y las alpargatas. Estas últimas, también conocidas como Esparteñas,que eran elaboradas con esparto, de donde proviene su nombre. Su fabricación consistía en practicar la suela a base sucesivas vueltas de la fibra sobre sí misma, reforzándola con un trazado perpendicular. El talón solía estar elaborado con el mismo material. Pese a las limitaciones de este calzado en climas adversos, su uso estaba muy extendido, incluso, después de la Guerra civil española.

En la España húmeda y fría se presenta el zueco o alcorque. Realizado en madera y algunos forrados con plantillas de hierro para evitar su rápido desgaste.

El alcorque proviene de los romanos, cuya industria del corcho fue utilizada, entre otras, para la ejecución de las suelas del calzado. Elaborados con madera como alcornoques y encinas.

Otro calzado muy elemental es la abarca o suelas. Su forma más sencilla consiste en un trozo de cuero sujeto al pie mediante correas. Es probablemente el calzado más antiguo de la humanidad. Es posible constatar su presencia en el antiguo Egipto, en Mesopotamia en la Grecia clásica.

El calzado tipo de la Edad Media es el zapato o borceguí, si entendemos por tal a la pieza que cubre todo el pie, incluido el empeine. No es un producto ni mucho menos que esté al alcance de cualquiera. Elaborados generalmente con materiales diversos: badana, guadamecí o cordobán.

La badana, de entre las tres mencionadas, es la piel más burda, cuero curtido de carnero u oveja cuyo valor es bastante inferior al del cordobán. La badana, a veces, se presentaba fraudulentamente como guadamecí, que era un cuero curtido y utilizado para forrar muebles. De los tres tipos ninguno como el cordobán, mucho más refinado y que como su nombre indica se trata de un cuero trabajado en la ciudad de Córdoba así como en otras ciudades andaluzas a posteriori.

El cordobán es una piel muy fuerte y bonita trabajada sobre curtidos de piel de cabra. Se exportó a toda Europa teñida de blanco, rojo y negro, dando origen a un zapato de lujo muy apreciado por la nobleza, y contribuyendo en el inicio del oficio de los cordonnierfranceses. Zapateros que trabajan el cuero de Córdoba, y así diferenciarlos de los simples zapateros remendones.

Un tipo especial de calzado son los estivales, el más caro y el más lujoso, sobre todo si estaba hecho de cordobán. Los estivales eran un tipo de botas altas y flexibles capaces de ajustarse a la pierna como unas medias.

A diferencia de al-Andalus donde caminar descalzo era habitual hasta cierto punto, en la España cristiana solo “los niños, los locos y los mendigos” solían abstenerse del uso del zapato. La excepción la marcan aquellos que, por los peculiaridades de su oficio, necesitaban desprenderse del calzado, como el caso de los marineros.